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Temores

Pablo Iglesias promete su cargo como Vicepresidente.

           En apenas seis años, la alegre muchachada de Podemos ha pasado de las aulas universitarias de Somosaguas a ocupar en La Moncloa una vicepresidencia y cuatro ministerios.

           También recuerdo -en conversaciones habidas con amigos- aquello tan frecuente de que “España no es Venezuela”. Pues bien, ya están en el Gobierno. Ya los tenemos estrenando carteras ministeriales en una  increíble coalición con Pedro Sánchez y sus variopintas huestes.

          Parecía inimaginable, hasta que Pedro Sánchez prefirió gobernar con esa formación populista y radical antes que sellar una alianza con el centro-derecha.

           Sánchez, por tanto, se ha ‘podemizado’ y, con él, el partido socialista, al que desde hoy sería más apropiado llamarle ‘Partido Sanchista, pues casi nadie de la generación del Congreso de Suresnes reconoce hoy a su antiguo partido. Y vemos a Sánchez tan feliz y sonriente, abrazando efusivamente al césar Iglesias.

        Hasta aquí el relato breve de la vertiginosa y palpitante política española de los primeros días del año.

        Pero ahora sobrevienen los temores. Temores de un ciudadano de a pié, que sólo desea vivir y dejar vivir.

        Y, ¿por qué crecen los recelos hacia este insólito, amalgamado y autocalificado ‘Gobierno progresista’, presidido por el caudillo Sánchez?

         La respuesta es sencilla. Nuestros temores provienen del extremismo ideológico del nuevo Ejecutivo nacido con fórceps. Se trata de una coalición de extrema izquierda, bajo una fuerte influencia ejercida por un Podemos neocomunista, populista, antisistema, e hipócritamente anticapitalista.

          Otro temor es a perder grados de libertad así como al desequilibrio y las tensiones que las anunciadas medidas de esta coalición gubernamental provocarán en la economía y en las cuentas públicas. No en vano se espera, una justiciera subida de impuestos para hacer frente a tanto gasto ideológico comprometido.

         Por lo que se refiere a la pérdida de libertades, voy a señalar tres pasos que el nuevo Gobierno ha dado y que ya están erosionando la democracia y el Estado de Derecho. Son datos objetivos e incontrovertibles.

       Hélos aquí. Los Consejos de Ministros se celebrarán los martes. Con esta inocente modificación de fecha se consigue debilitar el control parlamentario sobre la acción del Gobierno, control esencial en un sistema democrático. Si se amordaza a la oposición, no existe democracia.

         El segundo plan de Sánchez, forzado por sus compromisos con los nacionalistas y separatistas, es domesticar al Poder Judicial, anulando su independencia. Con la colocación de la ex ministra de Justicia al frente de la Fiscalía General del Estado, Sánchez ha comenzado el asalto.

        Y tercer paso: el Gobierno quiere controlar los MCS bajo la tapadera de impedir las noticias falsas.

        Permítanme que hoy me despida con un postrer temor: tal vez mañana no pueda leer un comentario como el que han oído. Al tiempo.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

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