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Susana Díaz convoca elecciones

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía

El Partido Socialista Obrero Español gobierna Andalucía desde la misma creación de la Junta Preautonómica allá en Mayo de 1978, cuando Plácido Fernández Viagas llegó a la presidencia frente a Jaime García Añoveros, de Unión de Centro Democrático.

Son, pues, diez legislaturas autonómicas, seis presidentes diferentes y 40 años de socialismo. Con este palmarés la actual presidenta Susana Díaz, que regenta  San Telmo desde 2013, convoca elecciones por segunda vez con el deseo de seguir al frente de la Administración andaluza. Todavía la señora Díaz se considera con crédito político a pesar del tropezón de no conseguir la Secretaría General del PSOE frente a Sánchez y quedarse en la estacada por abandono de su puntal, Juan Marín, de Ciudadanos.

Ignoro cuál será esta vez el lema de su campaña electoral. Pero podemos decir que el PSOE ha agotado todos los posibles e imaginables mensajes. No por limitaciones de nuestro generoso idioma, el castellano, sino por agotamiento político, por fatiga de materiales, y por hacer enésimas promesas electorales que no se cumplen.

Andalucía ha recibido en estas últimas cuatro décadas, tanto del Estado como de la hoy Unión Europea, miles de millones de euros. Cantidades astronómicas que omito para no pasmar al respetable. Y, sin embargo, la Región andaluza no abandona su atraso, sus macromagnitudes de territorio en desarrollo, y su posición inferior en las tablas socioeconómicas en comparación con las Regiones europeas.

La ventaja que podría suponer disfrutar de autogobierno, no se ve por ninguna parte en el plano económico y en el de los servicios públicos. Y lo que es peor: Andalucía en estos 40 años en que ha recibido cuantiosas inversiones no ha generado una economía productiva ni una mentalidad industrial y empresarial, que es, probablemente, el argumento más serio que se puede oponer a la candidatura socialista. 

Por otra parte, la nutrida y extensa red clientelar labrada durante estos cuarenta años de socialismo es un grave obstáculo a los legítimos deseos de cambio y alternancia en el Gobierno de Andalucía.

Es hora de pensar en la renovación, en la mejora, en el cambio. Es hora de la renovación y no del temor a que otro u otros partidos políticos tomen el relevo en el timón de la Junta.

Vivimos en democracia, y es consustancial a  este sistema político la temporalidad en el desempeño de los cargos, por el bien del pueblo. Si, no obstante, el cambio político fuera perjudicial y no diera buenos resultados, el problema se zanja con llamada a las urnas. En democracia no hay nada irremediable ni irresoluble.

Aspirar a un cambio político en Andalucía está más que justificado.

Es sano e higiénico. Y ganaríamos todos.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

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