Sánchez en estado puro

La convocatoria de elecciones generales para el próximo domingo 23 de Julio es más una desesperada respuesta de Sánchez a los malos resultados de los recientes comicios, que una sensata llamada al sufragio ciudadano.
Tiene más de huída hacia delante, que de un honesto desempeño del cargo público que ostenta Sánchez.
Tiene más de insensato aventurerismo, de irresponsable pirueta política, que de serena y consecuente dación de cuentas a los ciudadanos.
Convocar elecciones generales al día siguiente de otras locales y autonómicas, con las urnas todavía calientes, sin haberse constituido ni las Corporaciones locales ni los gobiernos autonómicos, es una grave interferencia en los procesos electorales en curso, es una clara obstaculización de la vida democrática, una perturbación de la política cotidiana del país.
El varapalo que el pasado domingo 28 de Mayo ha recibido el sanchismo representa una moción de censura a Sánchez y a sus socios, los peores que se encuentran en el mercado político. La convocatoria anticipada de elecciones generales obedece más a defenderse de las críticas internas de su partido, a intereses personales, que a satisfacer el interés general de España y los españoles.
Por último, fijar los próximos comicios generales para el domingo 23 de Julio es una falta de respeto a los intereses de los ciudadanos, inmersos en esas fechas en plena planificación de su merecido descanso estival.
Y, por supuesto, a Sánchez no le importa la presidencia rotatoria de España de la Unión Europea.
Le ha faltado un detalle: irse. De todas maneras, esta es una nueva oportunidad. Nos veremos en las urnas, señor Sánchez.