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Resistencia

La portavoz de Bildu pasa delante de Pedro Sanchéz. / EFE

      Cuando en 1940 las tropas nazis invadieron y ocuparon Francia, la sociedad civil, ante un Gobierno desleal, pasado al enemigo, organizó un  movimiento  ciudadano llamado ‘La Resistencia’.  

      Pues bien. Con perplejidad e indignación, los españoles comprobamos que el Gobierno encabezado por un antiguo socialista, Pedro Sánchez, está avanzando en la demolición de la democracia parlamentaria de 1978, con el alborozo e inestimable ayuda del podemita Iglesias.

       La gravedad de la operación de derribo va mucho más allá de la tradicional pugna de la derecha o la izquierda por el poder. Lo que Sánchez y sus horrendos socios están ejecutando en nuestro nombre (sin que nadie les haya hecho semejante encargo) es sustituir el vigente orden constitucional de libertades, primacía del Derecho y garantía judicial, por un nacionalpopulismo regido por el dúo de autócratas.

      Y están alcanzando ese espurio fin con todos los medios a su alcance. Con la colaboración indigna e inmoral de los antisistema de Podemos, los golpistas del ´procés´, los herederos de ETA y el chantaje de los nacionalistas periféricos. En definitiva, la anti-España.

     En este momento desconocemos por qué Sánchez secunda a Iglesias en su plan destructivo de la España constitucional. No sabemos por qué, pero lo está haciendo. Cada día la coalición gubernamental da apresurados e imparables pasos hacia la destrucción de la obra de la Transición y del modelo de Estado conocido, acercándonos al abismo de la polarización y el trágala. Así, la Corona, la educación, la lengua, la libertad de expresión, la propiedad privada, la justicia, el mérito y capacidad, la dignidad del ciudadano… todo, todo ello, está siendo atacado.

        Por lo que han dicho sus sepultureros, quieren que España sea una República Plurinacional, confederal, con  derecho a la autodeterminación de sus componentes, la vía más que previsible de su desintegración. Es la resurrección de la Yugoslavia de ‘Tito’ en versión ibérica que ya se ensayó en la Segunda República con el resultado conocido: caos, guerra civil, sangre.

      Desde el campo del Derecho, esta maniobra artera de cambiar el orden constitucional vigente al margen del procedimiento previsto, hace tiempo que el ilustre profesor austríaco Hans Kelsen la denominó golpe de Estado.

       Tampoco desde la ética se salva Pedro Sánchez. Nada puede haber más inmoral que pactar con quienes asesinaron a tus compañeros de partido. Con ese pacto se cierra el círculo vicioso perfecto: Bildu procede de Herri Batasuna, ésta de ETA, ETA asesinó a tus compañeros socialistas y ahora tú pactas con ellos. Repito: no puede haber pacto más inmoral que el celebrado con quien asesinó a tus compañeros.

     Por todo ello, cada uno de nosotros, en su responsabilidad, tiene que resistir y salir al paso de esta insania.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

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