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Por la unidad europea

Tratado de Roma

Tratado de Roma

Para saber lo que representa la UE es preciso conocer los objetivos y filosofía que rodearon su fundación en los  años 50 del pasado siglo.

En efecto, las naciones europeas se habían enzarzado  en dos sangrientas y crueles guerras con implicaciones mundiales, guerras que asolaron el Viejo continente y llevaron dolor y ruina a su población. Finalizada en 1945 la Segunda Guerra Mundial, una generación de políticos democristianos y socialdemócratas se conjuraron para que los europeos nunca más fueran enemigos entre sí.

El Acuerdo de 1951 sobre el carbón y el acero, materiales que, hasta entonces, habían alimentado todas las contiendas europeas, fue la primera piedra hacia la unidad europea.

En 1957 seis países europeos proclamaron en Roma que la Europa democrática debía unir esfuerzos para evitar aventuras bélicas y atender las necesidades de sus ciudadanos, cultivando el exitoso modelo europeo del Estado de Bienestar.

El pasado sábado día 25 de marzo se han cumplido 60 años de la firma de los Tratados de Roma, origen de la hoy Unión Europea.

En estas seis décadas, la integración europea ha obtenido un constante éxito político y económico y propiciado la intensificación de lazos entre los ciudadanos europeos.

En todos estos años se ha progresado y conseguido implantar, no sin esfuerzo, una organización institucional y política común, además de atenderse al crecimiento económico y social a través de políticas comunitarias beneficiosas para los ciudadanos de los Estados miembros.

Nadie puede negar la mejora experimentada en los Estados de la Unión -especialmente España- en materia de igualdad, infraestructuras, política social, supresión de barreras, sanidad, educación, armonización jurídica, Universidades, transporte y energía, investigación científica, protección del medio ambiente, pensiones, y un sinfín de otros efectos positivos.

Algo tendrá la UE cuando de 6 países fundadores se ha pasado a 28, y siguen llamando a la puerta.

Sin embargo, como toda obra humana, la integración europea es perfectible en el camino hacia la consecución de  los Estados Unidos de Europa. Su consolidación está pasando por diferentes vicisitudes. No se puede negar que la UE, por desgracia, está sufriendo una crisis, la misma que está experimentando la política y la economía mundiales.

Por otra parte, la Organización comunitaria está padeciendo diversos ataques de los enemigos de la unidad europea, como son la falta de un liderazgo sólido de sus gobernantes; los populismos y los nacionalismos, que peligrosamente están rebrotando; una dura y persistente crisis económica, y la salida del Reino Unido, país que nunca se sintió a gusto en la UE.

En conclusión podemos decir que, frente al euroesceptismo, más Europa.

Se diga lo que se diga, como ciudadanos nos conviene más la integración europea que el aislamiento.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

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