(Comentario Onda Cero, martes 22 Noviembre 2022)

El colosal escándalo desatado la semana pasada con motivo de las imperfecciones y carencias de la llamada Ley del “Sólo sí es sí” tiene una clarísima y contundente explicación, hace tiempo conocida: el Gobierno se ha estrellado contra el muro del Derecho, del Derecho con mayúscula.

En efecto, como es sabido, esta coalición gubernamental del PSOE con UP se formó no atendiendo al interés general, sino basándose en el puro y descarnado interés ideológico, partidista y personal de sus integrantes. Y así nació un monstruo de criatura política. El socialista Pérez Rubalcaba lo bautizó acertadamente con el nombre de ‘Frankenstein’, un engendro político. Una criatura mal concebida, como define el diccionario de la RAE. Ese engendro político es el que, desde entonces, está dando tumbos todos los días, pretendiendo gobernar.

Este Gobierno, nada cuidadoso con los principios jurídicos y éticos -sino constante transgresor de los mismos-, se ha topado con una ciencia y un arte que existe, precisamente, para limitar sus actos y condicionar sus decisiones, pues ha de preservarse la libertad y los derechos de los ciudadanos. Esa ciencia y ese arte es el Derecho. Con mayúscula. Un muro. Y nuestro Gobierno se estrella diariamente contra el muro del Derecho, bien por ignorancia, bien por no respetar sus principios.

Es lo que sucede con cualquier ciencia u oficio cuando no se conocen o respetan sus exigencias. Si yo, que no poseo conocimientos de electricidad o de aviación, me dispusiera a arreglar un cuadro eléctrico o a pilotar un avión, es fácil prever que terminaría quemando el cuadro eléctrico o estrellando la aeronave.

Es lo que acontece con el Gobierno de socialistas y comunistas; ese que los martes se reúne en Consejo de Ministros… y Ministras. Son personas que en su mayoría han accedido a esa alta categoría  político-administrativa sin la necesaria formación, sin unos elementales conocimientos del funcionamiento del Estado y del Derecho.

Y la consecuencia es inmediata: hacen Leyes o aprueban medidas a golpe de ideología, sacrificando reglas y principios jurídico-políticos. El resultado es un producto imperfecto que provoca el caos, la inseguridad jurídica, disloca las instituciones del Estado, y alarma a la sociedad, como viene sucediendo.

El PSOE se ha equivocado al formar coalición con unos activistas adolescentes, paleocomunistas, antisistema y anticapitalistas, cuya obsesión es imponer el modelo marxista de sociedad y, por tanto, un marco político autoritario, lo que conduce inexorablemente al totalitarismo, a la pérdida de la libertad.

Así se explica el gravísimo fiasco de la Ley, supuestamente feminista, de protección sexual. Un nuevo fracaso bajo la presidencia del socialista Sánchez que, por prolongar su agonía política, no le importa erosionar nuestra democracia ni perturbar la paz de los españoles.