Octubre Rojo
(Comentario Onda Cero, martes 25 Octubre 2022)

Hay un refrán que dice “Octubre es un mes de historias y deja malas memorias”.
En efecto, en Octubre han ocurrido hechos históricos dramáticos. En Octubre de 1917 triunfó en Rusia la revolución bolchevique, que implantó la dictadura del proletariado a través del comunismo.
En Octubre de 1934 la izquierda española, encabezada por el PSOE, se levantó en armas contra la Segunda República, hiriéndola de muerte.
En nuestros días, el pasado 5 de Octubre el Senado aprobó la denominada Ley de Memoria Democrática (LMD). El 20 de Octubre se publicó en el BOE, y desde el viernes 21 está vigente. Esperamos, por la libertad, que dure poco.
Como algunas Leyes aprobadas por esta criatura mal concebida, que es el Gobierno socialcomunista, la LMD es ejemplo de legislación divisiva y divisoria: es norma que enfrenta a la sociedad, que genera tensión y polarización política, como Rodríguez Zapatero admitió que convenía a la izquierda para ganar a la derecha, arrinconarla, y alejarla del poder, cuanto más tiempo, mejor.
Ya tenemos, pues, produciendo efectos, una Ley que, por su hechura partidista y sectaria (consúltese su Exposición de Motivos y articulado), induce a creer varias ucronías: que el bando republicano ganó la Guerra de 1936. Que la República era un oasis de paz, un régimen angelical, cuando solo los asesinatos políticos, diarios, los heridos, secuestros, desapariciones, incendios y asaltos entre Febrero de 1936 y Junio del mismo año se cuentan por miles, como denunció en las Cortes republicanas el jefe de la oposición, José María Gil Robles.
Nada de régimen angelical. La Constitución de 1931 fue una ley de parte. Nunca se sometió al refrendo del pueblo, y sus mismos autores reconocieron (así, Alcalá-Zamora) que “era una Constitución para la Guerra Civil”, como lamentablemente ocurrió.
Pues bien, sin fundamento racional, a los 86 años de aquellos trágicos acontecimientos; a los 44 de la aprobación de la Constitución de la Concordia de 1978; tras más de cuatro décadas de democracia y libertad, la izquierda española, capitaneada por el PSOE, y con el apoyo de comunistas, populistas y sucesores de una banda terrorista, ha considerado necesario, urgente e importante aprobar la polémica, revanchista y manipuladora LMD.
Una Ley que impone una verdad oficial, reescribe la Historia y adoctrina a nuestros escolares en el odio hacia “los otros”.
Como norma claramente totalitaria, no permite discrepar del “Ministerio de la Verdad”, so pena de sufrir fuertes sanciones contempladas en el Título IV de la Ley, de prolija regulación. Si no fuera porque aparece en el BOE del jueves pasado, la creeríamos una disposición propia de la España de postguerra.
Con tantos problemas serios y graves que atenazan hoy a los ciudadanos, causa estupor que un Gobierno invierta tiempo y recursos en sembrar la discordia.