(Comentario Onda Cero, martes 20 Junio 2023)

No cabe duda de que los españoles -como muchos europeos- estamos viviendo tiempos revueltos y hasta confusos.

En el tablero político español han aparecido nuevos actores que, bajo distintos nombres, encubren viejas ideologías. Así, en la izquierda apareció en 2014 Podemos, un partido revolucionario, anticapitalista, cuya ideología se nutre del marxismo en versión bolivariana.

Un poco antes apareció Vox, escisión del Partido Popular, y que, según la mayoría de los observadores, es un partido derechista, muy conservador.

La aparición de ambos partidos resulta dramático en el escenario español, pues los dos grandes partidos que se turnaban para gobernar en el pasado carecen hoy, por separado, de los votos suficientes para alcanzar el Gobierno, y necesitan de los extremos, respectivamente. Para colmo del travestismo político, una quincena de partiditos, bajo el nombre de Sumar, aspira a cogobernar con el P.S.O.E. si le dan los votos tras las elecciones del 23-J. Y acaba de nacer Caminando Juntos.

Por su parte VOX, aspira a lo mismo con respecto al Partido Popular.

Sin embargo hay grandes diferencias entre VOX y sus opuestos en la izquierda. Por el momento, Vox es un partido constitucionalista, respetuoso con la legalidad, no ha cometido ningún delito, y defiende ardorosamente la unidad de España, todo lo contrario que sucede con el sanchismo y sus socios.

Pues bien, a la vista de las declaraciones del Delegado del Gobierno en Madrid, y del respaldo recibido, se puede afirmar que votar hoy al P.S.O.E. es votar a Yolanda Díaz, a Bildu y a E.R.C.

No cabe duda de que, desde el punto de vista político,  hemos perdido la centralidad y la cordura.