•  
  •  

Los disturbios no son solo por Hasél

Imagen de los altercados en Barcelona. | Reuters.

     Tiene razón Iglesias: el disparate cometido por Pedro Sánchez de integrar a Podemos en el Gobierno de España es una grave anomalía democrática.

     En efecto. Que el Gobierno de una democracia parlamentaria y representativa acomode en su seno a un partido populista, antisistema y de ultraizquierda es un grave error que Sánchez, en su día, vio en forma de insomnio y hoy padecen los españoles sensatos. La buena noticia es que sólo llevamos trece meses de desgobierno. La mala es que, si no se rompe antes la coalición, nos quedan tres años.

     Estamos asistiendo a unos injustificados e injustificables disturbios en nombre de esa gloriosa causa que es la libertad de expresión, y en solidaridad con ese angelito que, en sus vomitivas letras, anima a dar tiros en la nuca, clavar piolets en cabezas, guillotinar a la Familia Real e invoca a ETA, Grapo y Al Qaeda para que rematen la faena. Todo un ciudadano ejemplar y modélico en cuyo nombre sus seguidores, que los tiene, y se enriquecen todos los días con su ración de subcultura, revientan comercios y apalean a nuestros policías.

      Hay supuestos cargos públicos que, presos de una esquizofrenia política, los animan a seguir quemando las calles, como el ínclito portavoz Echenique, que está a la vez en el Congreso y en la ‘kale borroka’, o bien sectarios e impresentables, como el alcalde de Valencia, que enaltece al vándalo y pide contención a los agredidos, la policía. Me gustaría ver al señor Ribó disolviendo a estos salvajes del adoquín y la gasolina.

      Si Sánchez creyó algún día que metiendo a Podemos en el Gobierno iba a tener una hora de tranquilidad, ya está comprobando, con amargura, que se ha equivocado.

      Esta malhadada coalición socialcomunista-stalinista está conduciendo al Estado al barro de la locura podemita, es decir: violencia, desvarío, desorden, desequilibrio, arbitrariedad, populismo, ruina material, bajeza moral y regresión democrática. España se empobrece en todos los sentidos mientras otros países, como Italia, encuentran líderes serios que se rodean de colaboradores solventes. Aquí los únicos que prosperan son Iglesias y familia, y Sánchez y familia. Ambos han estrenado casa, colchón, coches oficiales y escoltas.

        Y vamos a los disturbios. Me da en la nariz que el delincuente Hasél es la excusa. Creo que estos desórdenes que padecemos obedecen a consignas dadas a las pandillas y terminales ideológicas del populismo oficial para recalentar el ambiente, reanimar a sus huestes, descontentas de sus capitanes, y domeñar al ala socialista del Gobierno. Sí, Sánchez cabalga sobre el tigre. O quizá lleva encima al escorpión.

      Sigan atentos ‘a la pantalla’. Quedan más capítulos.  Veremos cómo termina esta esquizofrenia política.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

X