Próximamente, cuando usted presente y pague la Declaración de la Renta, sepa y recuerde que su dinero va a financiar la fidelización al PSOE y a UP de jóvenes que este año cumplan los dieciocho de edad.   

      En efecto, Sánchez y su anómalo Gobierno emula y supera a Rodríguez Zapatero cuando éste se gastó lo que no debía en el famoso “Cheque bebé” y en el encintado de aceras de toda España con el no menos célebre “Plan E”. ¿Recuerdan?

     Hoy, esa malintencionada y perjudicial política de subvencionar alegre y torticeramente a determinados segmentos de la sociedad, con el propósito de apesebrar a los ciudadanos, se ha hecho carne del Boletín Oficial del Estado, en forma de Real Decreto, el 23 de Marzo. 

     El señuelo tiene por nombre “Bono Cultural Joven”, y va destinado a engatusar a quienes este año cumplan, sospechosamente, la mayoría de edad electoral. Son 400 euros para que el suertudo beneficiario se los gaste en macroconciertos veraniegos, festivales escénicos, en videojuegos, pero no en toros, eso sí.

        La disposición administrativa es una idea de la factoría de Miquel Iceta, socialista catalán, un ambiguo nacionalista al que le ha tocado un Ministerio en la tómbola de Sánchez. El ‘Bono’ no hará a nuestros hijos y nietos unos ciudadanos cultos y responsables, sino que los idiotizará y convertirá en víctimas del populismo más burdo y estéril. 

      Con el ‘Bono’ no se trata, ni se busca, la cultura, en efecto. Se trata de atraer y captar a jóvenes al comedero del ‘sanchismo’ y del ‘podemismo’, a costa, eso sí, del contribuyente. Porque, señoras y señores, la criatura del Ministro Iceta cuesta al presupuesto del Estado la nada desdeñable cantidad de 210 millones de euros, y seguro que el año próximo, cerca de las elecciones generales, volverá a convocarse este derroche bastardo de fondos.

     Si queremos hacer a nuestros hijos o nietos bonodependientes, vagos subvencionados en lugar de ciudadanos responsables, trabajadores y con criterio propio, como exige ser un demócrata serio y cabal, esta ‘paguita’ bolivariana lo facilita aceleradamente.

    Cuando Sánchez hizo con Podemos la coalición ‘Frankenstein’, algunos ya advertimos que Madrid podría transfigurarse en Caracas; que la política española se teñiría de ‘chavismo’, de ‘bolivarismo’, como Maduro hace en Venezuela. Nos tacharon de errados, de exagerados, y ya ven.

     Hoy, desgraciadamente, muchas de las ocurrencias y medidas adoptadas por el Gobierno yuxtapuesto PSOE-UP, so pretexto de beneficiar a la población en general, son decisiones teñidas de sectarismo, de partidismo, que contradicen valores políticos consagrados en nuestra Constitución como el pluralismo político y el interés general.  

    Conceder desde instancias gubernamentales dinero a los jóvenes para ocio y diversión es, claramente, una rechazable argucia chavista de adoctrinamiento y fidelización electoral.