La crisis del Estado democrático de derecho
La democracia implica no solo la regla de la mayoría dentro de un marco normativo aceptado por todos en pro del bien común, sino la existencia de Estado de derecho, división de poderes y respeto a derechos y libertades individuales, entre ellos la capacidad de elección y las libertades de expresión y de participación. De esta forma, la voluntad política racional (del pueblo) se torna imprescindible para conformar un Estado democrático de derecho.