•  
  •  

Incertidumbre

       En mi opinión, el término que mejor define el oscuro y azaroso tiempo que nos ha tocado vivir es la palabra incertidumbre.

      En efecto, el nuestro es un tiempo de incertidumbre, de crisis. Un tiempo en el que está muriendo lo viejo y todavía no está asentado lo nuevo. Durante ese interinato, domina la  indefinición, la provisionalidad. Es así que suceden cosas absolutamente impredecibles e inesperadas que perturban la que siempre se ha llamado la paz del espíritu, el sosiego.

         Fijémonos en los acontecimientos políticos. A la vista de la velocidad y trascendencia con que se muestran, ¿quién puede decir que los esperaba y que iban a suceder?

         Principalmente la incertidumbre reina en la política. Por ejemplo: ¿cómo es posible que se haya decidido tan mal la retirada de Afganistán? Si no fuera porque el término ‘chapuza’ se reserva tradicionalmente para las ‘cosas’ hispanas, ‘chapuza’ sería el calificativo más apropiado para el modo como los norteamericanos han dejado el país asiático en manos de los talibán.

    La incertidumbre reina también sobre la pandemia del SARS-COV-2. ¿Qué sacrificios nos esperan todavía? ¿Cuántas campañas de vacunación serán precisas? ¿Para cuándo un remedio eficaz contra el coronavirus? ¿Alguien sabe el origen del agente patógeno? ¿Se atreve alguien a predecir la próxima pandemia? Siempre la incertidumbre.

      La incertidumbre que impera, asimismo, en el terreno de la economía, tanto la nacional como la mundial. ¿Cuándo saldremos de la crisis global que desajusta los mercados internacionales y origina grandes tensiones financieras, empobreciendo a la población? ¿Hacia qué modelo de economía caminamos?

      ¿Y España? ¿Cuándo solucionaremos el problema del paro estructural y por qué España lo padece tan particularmente? ¿Alguien sabe qué modelo económico es el mejor para España, y puede garantizar su éxito? ¿Qué pasa con el precio de la electricidad en España? ¿Caminaremos alguna vez hacia un modelo racional?

      ¿Sabe alguien qué va a suceder en la política doméstica en el medio y largo plazo? ¿Regresaremos al bipartidismo o, por el contrario, se afianza el multipartidismo y las coaliciones? ¿Alcanzarán nuestros gobernantes algún día el necesario consenso en materia de educación, sanidad, justicia, relaciones exteriores, unidad territorial y defensa nacional, o estallará España en veinte repúblicas ibéricas?

      Lo único seguro y cierto, por ahora, es la incertidumbre; la incertidumbre que cae como un manto sobre el pensamiento y la acción de los humanos de la tercera década del siglo XXI.

       No es nuevo este signo de los tiempos, la incertidumbre. Empero sí es nuevo la velocidad con la que aparecen y se renuevan los acontecimientos y el estado de impotencia en el que queda sumido el hombre de la Era tecnológica, cuando se creía seguro, intocable y poderoso.

Autor del artículo: José Torné-Dombidau Jiménez

Presidente y socio fundador del Foro para la Concordia Civil. Profesor Titular de Derecho Administrativo por la Universidad de Granada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

X