A “Frankenstein” se le ha unido Drácula

Fue el político socialista Pérez Rubalcaba quien, con acierto premonitorio y con todo simbolismo, bautizó un posible Gobierno de Sánchez con Podemos con el nombre de “Gobierno Frankenstein”, escalofriante criatura creada con trozos y tejidos de distintos cadáveres. Un monstruo.
Y monstruosa es la actual coalición gubernamental. Fiel a su génesis política, el Desgobierno de Sánchez ha emprendido el torticero camino de destruir la Constitución y la convivencia entre los españoles adoptando insensatas decisiones, con la particularidad de que el doctor Sánchez no ejecuta su destructiva labor en solitario, sino que le acompañan peligrosas amistades.
No hay un solo día en que este engendro de Gobierno no fomente la discordia civil; no golpee al Ordenamiento jurídico-constitucional; no provoque vértigo a empresarios, trabajadores y pensionistas, ni escandalice a las Cancillerías de los países democráticos. Porque no se puede ser Gobierno de España y, a la vez, trabajar en la destrucción de España. Sin embargo, ese es el caso de este “Gobierno Frankenstein”.
Empero todo puede empeorar, pues si el monstruo del doctor Frankenstein produce espanto, imagínense si se le une Drácula. Es lo que está sucediendo desde la semana pasada. Sánchez no solo cuenta como aliado con la corrosiva izquierda podemita, sino que está pactando los Presupuestos del Estado con ERC, Otegi y Bildu, estos últimos herederos políticos de la banda terrorista ETA. A “Frankenstein” se le ha unido, por tanto, “Drácula”. El primero repugna por su aspecto y tendencia criminal. El segundo se alimenta de sangre, como algunos antecesores de Bildu.
Admito que el relato anterior es fuerte. Hay que tener buen estómago para tolerarlo. Pero lamentablemente esa es hoy la dura realidad política de nuestra España. Un país hermosísimo, que avanzaba pese a la envidia de unos y otros. Un país que venía de disfrutar cuatro décadas de reconciliación, paz y progreso; un país en el que la gente se afanaba por trabajar y dejar a sus hijos una vida mejor.
Hoy, gracias a este desnortado y alarmante Gobierno “Frankenstein”, a cuyo socorro acude Bildu, es decir, “Drácula”, padecemos amenazas como la pretensión de “tumbar el Régimen” o la cínica propuesta de Otegi, de “democratizar el Estado”. Todo un dramático sarcasmo.
En virtud de esa doble naturaleza de este Gobierno, “Frankenstein” por un lado y “Drácula” por otro, no puede extrañar que muchos españoles compartan el sentimiento de Felipe González de experimentar una “orfandad política”. Lo que equivale a afirmar que el Desgobierno Sánchez-Iglesias no nos representa.
Como una mala tormenta, Sánchez e Iglesias pasarán. Eso sí, haciendo daño. Y los libros de Historia los colocarán en el rincón de los Desastres Nacionales, si antes el pueblo no lo impide.