2023, un año decisivo
Comentario Onda Cero, martes 3 Enero 2023

El año 2023 es un año políticamente decisivo. Por dos razones. Primeramente porque vienen elecciones autonómicas y locales; y después, generales. En segundo lugar, porque si el sanchismo sigue al frente del Gobierno peligra realmente la continuidad de nuestra Nación, pues los socios de Sánchez ponen en cuestión la integridad territorial de España.
Como sabemos, preside el Gobierno de España un político aventurero que está usufructuando las siglas de aquel socialismo que hizo posible la Transición. Un líder, Pedro Sánchez, que, vista en perspectiva histórica, su figura está más cerca de Largo Caballero que de Julián Besteiro; más cerca de un Iglesias Turrión que de un Rubalcaba. Hoy las raíces socialistas de Pedro Sánchez son difícilmente reconocibles.
Sánchez asienta su acción de gobierno en lo que él llama ‘progresismo’. Es decir: en el comunismo populista de Podemos y en partidos separatistas; la antiEspaña. Sánchez permanece en La Moncloa gracias a su matrimonio político con comunistas y podemitas, sin los cuales no gobernaría. Pedro gobierna a lomos de antisistemas, separatistas y filoetarras. Ese es su Gobierno.
Y como la cabra tira al monte, estas formaciones extremistas, que permiten a Sánchez presidir el Consejo de Ministros, le imponen gravosas condiciones, que los españoles terminan padeciendo. En efecto, la extrema izquierda quiere modelar la sociedad conforme a su rancia y fracasada ingeniería social. Así van arrastrándonos a todos, de fracaso en fracaso, como la famosa Ley del “sólo sí es sí”, un disparate jurídico-penal que Sánchez traga por pura supervivencia política.
Y viene una aventura mayor: los podemitas, en su delirio diluyente, defienden la fragmentación de la nación española. Son partidarios de la autodeterminación de las Comunidades autónomas. Por ahí, los españoles podemos convertirnos en apátridas.
Por otra parte, los partidos secesionistas como ERC y Bildu también se cobran su apoyo a Sánchez. El separatismo catalán vuelve a las andadas. No respeta el orden constitucional vigente ni reconoce al pueblo español como único titular de la soberanía nacional. Olvidando la magnanimidad de los indultos y la escandalosa reforma penal que les beneficia, el separatismo catalán pasa factura a Sánchez y le exige, otra vez, un referéndum para desgajar Cataluña de España, en cuyo caso España desaparecería como tal. Sánchez niega el referéndum secesionista. Pero ya sabemos lo que vale la palabra de Sánchez: nada.
Este año toca acudir dos veces a las urnas. La ocasión es la apropiada para frenar con el voto la peligrosa deriva disolvente y anticonstitucional de este complaciente Gobierno aventurero y sus peligrosas amistades. No podemos jugarnos la esencia y existencia de España, nuestra tierra.
Por eso digo, y no exagero, que 2023 es un año político decisivo.